Tiempos negros para la República. Los franquistas continúan con su imparable avance en Aragón. Ésta vez es el turno de los territorios al norte del Ebro. Avanzan casi sin oposición, llegando hasta Lérida, defendida por unidades de la 46 División republicana, donde se entablan violentos combates. La ciudad, pese a todo, terminará cayendo finalmente el día 3. Los combates se generalizan en un amplio frente, lo que complica aún mas si cabe las cosas para los defensores republicanos, al estar en una desproporcionada inferioridad numérica y material. El desgaste es enorme. Unidades enteras, como la 43 División en Bielsa, quedan embolsadas entre un mar de enemigos.
En el plano político, hay cambios tanto en la España Republicana como en el extranjero: En el país, Negrín vuelve a formar gobierno, arropándose más en los comunistas, dado que el resto de formaciones políticas viran hacia posturas que podrían definirse de derrotistas. En el extranjero, un nuevo varapalo a la República: Francia, país por el que pasan la mayoría de suministros soviéticos, sufre un cambio de gobierno, pasándose de una cierta connivencia con la España republicana a un alineamiento absoluto con la política de No Intervención.
Sin embargo, el gran golpe contra los republicanos lo asestan las tropas de Franco, llegando por fin al Mediterráneo por Vinaroz. Esto supone un desgajamiento en dos del territorio, y un mar de dificultades para las armas de la República. Además, el camino hacia Valencia, ciudad capital en la estrategia de los leales, parece expedito.
Afortunadamente, los Recios están alejados del frente en estas terribles horas. Juan Mari y Paolo se recuperan en Valencia, mientras que Carlos San Rafael se dedica a reorganizar el Batallón Especial del V Cuerpo, asistido por Modesto.
En el plano político, hay cambios tanto en la España Republicana como en el extranjero: En el país, Negrín vuelve a formar gobierno, arropándose más en los comunistas, dado que el resto de formaciones políticas viran hacia posturas que podrían definirse de derrotistas. En el extranjero, un nuevo varapalo a la República: Francia, país por el que pasan la mayoría de suministros soviéticos, sufre un cambio de gobierno, pasándose de una cierta connivencia con la España republicana a un alineamiento absoluto con la política de No Intervención.
Sin embargo, el gran golpe contra los republicanos lo asestan las tropas de Franco, llegando por fin al Mediterráneo por Vinaroz. Esto supone un desgajamiento en dos del territorio, y un mar de dificultades para las armas de la República. Además, el camino hacia Valencia, ciudad capital en la estrategia de los leales, parece expedito.
Afortunadamente, los Recios están alejados del frente en estas terribles horas. Juan Mari y Paolo se recuperan en Valencia, mientras que Carlos San Rafael se dedica a reorganizar el Batallón Especial del V Cuerpo, asistido por Modesto.
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