Tuesday, June 26, 2007
Monday, June 25, 2007
PNJs(XVIII): Bascuñana
Bascuñana es un hombre alto, espigado, de rasgos afilados. Ya pasa de los treinta años, aunque por su mirada despierta y sus ágiles movimientos no parece más que un mozo. De sus años jóvenes en Madrid conserva su elegancia y una peculiar chulería en el ademán. Suele vestir de blanco, desechando el uniforme militar, y, desde que fuera herido en Brunete, se acompaña de un bastón flexible de caña.
Sunday, June 24, 2007
Cancionero del paso del Ebro
rumba la rumba la rumba la.
El Ejército del Ebro,
rumba la rumba la rumba la
una noche el río pasó,
¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!
una noche el río pasó,
¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!
Y a las tropas invasoras,
rumba la rumba la rumba la.
Y a las tropas invasoras,
rumba la rumba la rumba la
buena paliza les dio,
¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!
buena paliza les dio,
¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!
El furor de los traidores,
rumba la rumba la rumba la.
El furor de los traidores,
rumba la rumba la rumba la
lo descarga su aviación,
¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!
lo descarga su aviación,
¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!
Pero nada pueden bombas,
rumba la rumba la rumba la.
Pero nada pueden bombas,
rumba la rumba la rumba la
donde sobra corazón,
¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!
donde sobra corazón,
¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!
Contraataques muy rabiosos,
rumba la rumba la rumba la.
Contraataques muy rabiosos,
rumba la rumba la rumba la
deberemos resistir,
¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!
deberemos resistir,
¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!
Pero igual que combatimos,
rumba la rumba la rumba la.
Pero igual que combatimos,
rumba la rumba la rumba la
prometemos combatir,
¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!
prometemos combatir,
¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!
.
Si me quieres escribir (versión rock)
Como siempre, las versiones originales, en Altavoz del Frente
Saturday, June 23, 2007
Aviones(VII): Messerschmitt Bf 109
Aviones(VI): Heinkel He 111
Curioso emblema en la deriva de un He 111.
Thursday, June 21, 2007
La 'Mano Negra'
En julio de 1938 son el enemigo a batir. Los observadores han informado de que cubren el norte del dispositivo franquista en el Ebro con unas fuerzas imponentes: varias banderas de la Legión, tabores de regulares, de Tiradores de Ifni, falangistas y soldados de leva, apoyados por artillería de convencional y de montaña. Pese a todo, el Ejército del Ebro republicano está formado por unidades escogidas, que en poco se parecen a los milicianos sin instrucción que corrían ante los moros dos años atrás. El encuentro va a ser titánico.
Tuesday, June 19, 2007
Resistir, vencer
Monday, June 18, 2007
Morir en España, Parte III: RESISTIR ES VENCER
Anochece. Las últimas tropas en ser convocadas marchan hacia los puntos de partida, amparadas por la oscuridad. La Chusma está en marcha una vez más. Conforta tener cerca a los viejos camaradas, piensa Paolo Erdini, el voluntario italiano. En ellos ha encontrado el hogar que perdió hace ya años, cuando partió camino del exilio. Pero cuántas caras nuevas. Las retiradas que se sucedieron desde Teruel han sido implacables con la Chusma. Los camaradas que llevan desde el 36 ya pueden contarse con los dedos de las manos. Intenta recordar a algunos: a Pelayo, con su boina calada y su peculiar acento; a Martínez, el fiel amigo de Alfredo el Napo, a Damián, el legionario que se les pasó en Ciudad Universitaria… pero sus caras aparecen borrosas en su pensamiento. Debió conservar una foto. Y los que quedan no son mas que despojos de lo que fueron en las heroicas horas de la defensa de Madrid: Napo se ha convertido en un matón de taberna, Bueno ha perdido definitivamente el norte, a Juan Mari y San Rafael se les han subido los galones a la cabeza… Pero si quiere encontrar deshechos humanos no tiene más que mirarse. Desde el último balazo no ha vuelto a ser el mismo. Pasa los días amargado, consumido por los dolores en el vientre. Y ya ni siquiera puede buscar consuelo en la botella. En el hospital fueron muy explícitos: una cogorza más y no lo cuentas. Qué difícil le fue resistirse durante el banquete en honor de los dos años de guerra, unos días atrás en Barcelona.
Muchos de los nuevos proceden de las quintas. La mayoría son unos mocosos, y aunque han recibido un duro entrenamiento, aún no han mirado a la muerte a la cara. Aún no han conocido el frenesí de una batalla, de matar y ser matados. Paolo siente lástima por ellos. Muchos no verán el siguiente amanecer, pues esta noche se prepara una gorda: la República va a pasar el Ebro.
Es un milagro que tras las desastrosas retiradas de la primavera se haya conseguido levantar de la nada un ejército como éste. Por primera vez las cosas parecen bien planificadas, piensa Paolo, que de nuevo se siente entre profesionales, una sensación que le había abandonado desde que dejó África. Los soldados están bien equipados, la moral es excelente. Llevan preparando la maniobra desde hace meses. Paolo rememora las órdenes: una vez en los puntos de partida, dejarán ropa e impedimenta a los de la reserva, salvo la bayoneta, que guardarán consigo. En calzoncillos se arrastrarán hasta la orilla, sumergiéndose en el agua lentamente. Con la bayoneta entre los dientes, cruzarán a nado los doscientos metros que les separan del enemigo. Ante ellos tendrán las avanzadillas del Cuerpo Marroquí de Yagüe, lo más escogido de la tropa fascista. El ultimo respiro antes de matar. Después, en silencio, degollar a los defensores antes de que reparen en su presencia. Acabar con los blocaos con ametralladoras y hacer la señal de paso a la primera oleada, que cruzará en barcas y tenderá los puentes para el material pesado. Después, equiparse y marchar hacia Gandesa, la capital de la comarca. Las primeras horas serán decisivas para el éxito. Dicho así parece fácil, piensa Paolo, pero sabe que habrá bajas. Siempre las hay. A veces se plantea si tanto sufrimiento servirá para algo, si merece la pena luchar por una guerra que parece perdida.
Un muchacho del batallón se le acerca.
-Parece abatido, camarada Erdini. ¡Ánimo, que esta noche les daremos un buen susto a los fascistas!
Paolo mira al muchacho con condescendencia. Es uno de los catalanes, pero ni siquiera recuerda su nombre. Intenta poner su mejor cara, pero sus palabras le contradicen:
-Hoy podemos ganar, bambino, pero la guerra la tenemos perduta desde Teruel.
Dicho esto, nota una palmada en la espalda. Es Benito, el comisario de la Tercera.
-No desmoralices a la cantera, coño.- le dice con una sonrisa.
-Es lo que pienso, sólo eso. No quiere decir que no vaya a luchar hasta dejarme la piel, pero abandonatos per Francia e Inglaterra, poco puede hacerse.
-Pero tú no cuentas con nuestro mejor aliado, Paolo. Quizá le conozcas. Se llama Adolfo Hitler.
- Benito, io no estoy para bromas. Ve a tomarle el pelo a los quintos.
- Estoy hablando en serio. Ese cabrón imperialista no va a quedar saciado hasta que lleve a Europa a una nueva guerra. Y esa será nuestra oportunidad. Veremos qué cara ponen los gabachos y los ingleses cuando se den cuenta que durante todo este tiempo hemos luchado por ellos, para salvar su culo de burgueses capitalistas. ¿es que no has escuchado las palabras de nuestro presidente? Resistir es vencer, camarada.
Eso sí tenía sentido. Sólo hay que prolongar la guerra un poco más, hacer un último esfuerzo. Nadie duda que la guerra europea va a estallar de un momento a otro, y cuando estalle, Inglaterra y Francia no tendrán otra opción que suministrar armas a los héroes de la República. Pensó en esto unos instantes. Por esto sí merecía la pena luchar. Las palabras de Benito le rondarían mucho por la memoria en los meses siguientes. Resistir es vencer. RESISTIR ES VENCER.
Thursday, June 14, 2007
Interludio (y III): Junio de 1938
Pero en las filas republicanas algo está cambiando. Miaja, el héroe de Madrid, se ha puesto al mando de la defensa de Valencia. Ha unificado los ejércitos de Levante y de Maniobra, y se prepara para la embestida franquista. Los comienzos son duros, pues en el primer impulso, el enemigo conquista Castellón de la Plana. Pero la esperanza ha vuelto, vuelve a haber espíritu de resistencia.
Para alimentar ese espíritu hacen falta ejemplos de heroísmo. Uno de los más altos lo ofrecen las tropas de Beltrán, el Esquinazau, que cumple dos meses al mando de la llamada Bolsa de Bielsa. Aislados del resto del ejército republicano, los hombres de la 43 División soportan durísimos bombardeos. Están superados en una proporción de tres a uno, y eso sin hablar de la superioridad artillera y de aviación del enemigo, que es total. Pero nadie está dispuesto a rendirse mientras haya gente indefensa en los valles. Tras una resistencia titánica, evacuado hasta el último herido, la 43 División se interna en orden en los Pirineos. El bravo Beltrán es el último abandonar el valle reducido a ruinas que se ha convertido en su patria durante los últimos dos meses y medio.
No hemos dejado nada en manos del enemigo. Con la muerte en el alma, he tenido que dar la orden de evacuación de la bolsa de Bielsa, a pesar de que esta evacuación estaba ya prevista desde hace tiempo. Ha habido tres días de intenso bombardeo de la aviación alemana (…). Hubiéramos querido evitar la instalación en el valle del Cinca de cañones alemanes. Hemos hecho lo imposible por impedirlo, y partimos de allí con la cabeza alta.
Beltrán, El Esquinazau, 16 de junio de 1938
Una vez en Francia se da la oportunidad a los héroes de elegir su destino: sólo 411 hombres y 5 enfermeras deciden pasarse a la España de Franco por la frontera de Irún. Siete mil volverán a la España republicana.
Wednesday, June 13, 2007
Interludio (III): Mayo de 1938
En el cada vez más menguado territorio republicano las noticias no son mucho mas halagüeñas. Los franquistas continúan avanzando por la costa de Levante, dispuestos a conquistar Valencia. La desmoralización se apodera de las retaguardias, acosadas por una incesante campaña de bombardeo, que impide a la aviación leal apoyar como debiera a los frentes. Los únicos sucesos bélicos favorables son los que se suceden en el norte: la 43 División, mandada por el teniente coronel miliciano Beltrán el Esquinazau, resiste, contra todo pronóstico, el asedio franquista. Encajonada entre los cañones enemigos y el macizo pirenáico desde el 29 de marzo, aguanta con gran determinación ofensiva tras ofensiva enemiga, hasta haber puesto a salvo a la población civil del Valle de Bielsa. Su ejemplo heróico en estos momentos de adversidad será reconocido por las autoridades republicanas, que, a mediados de mes, visitarán el reducto.
Por otra parte, en el 23 de este mes se produce el audaz episodio del Fuerte de Carchuna, (adelantado por efectos prácticos en la partida), la liberación de trescientos prisioneros asturianos por un comando republicano en el frente de Motril.
En cuanto a los supervivientes de los Recios de la República, evolucionan favorablemente. Juan Mari está casi recuperado, y puede permitirse dar algunos paseos por la costa. En uno de ellos se encontrará con su viejo superior, Bueno, de quien tenía vagas noticias. Lo encontrará con la mirada perdida, fija en el horizonte. La enfermera que lo acompaña le dirá que ha perdido el habla. En la retirada de Teruel debió ver cosas imposibles de aguantar para un ser humano. Por lo demás, está en buena forma física, pero no está en condiciones de volver al frente, al menos de momento. Paolo continúa en cama; y Carlos, en la retaguardia barcelonesa, disfrutará de unos días de permiso mientras recompone el Batallón Especial.
Tuesday, June 12, 2007
Interludio (II): Abril de 1938
En el plano político, hay cambios tanto en la España Republicana como en el extranjero: En el país, Negrín vuelve a formar gobierno, arropándose más en los comunistas, dado que el resto de formaciones políticas viran hacia posturas que podrían definirse de derrotistas. En el extranjero, un nuevo varapalo a la República: Francia, país por el que pasan la mayoría de suministros soviéticos, sufre un cambio de gobierno, pasándose de una cierta connivencia con la España republicana a un alineamiento absoluto con la política de No Intervención.
Sin embargo, el gran golpe contra los republicanos lo asestan las tropas de Franco, llegando por fin al Mediterráneo por Vinaroz. Esto supone un desgajamiento en dos del territorio, y un mar de dificultades para las armas de la República. Además, el camino hacia Valencia, ciudad capital en la estrategia de los leales, parece expedito.
Afortunadamente, los Recios están alejados del frente en estas terribles horas. Juan Mari y Paolo se recuperan en Valencia, mientras que Carlos San Rafael se dedica a reorganizar el Batallón Especial del V Cuerpo, asistido por Modesto.
Monday, June 11, 2007
PNJs(XVII): Mayor Mateo Merino
Interludio (I): Marzo de 1938
La lastimosa comitiva entró en la aldea de Castralvo. El cabo
San Rafael, ayudado por el joven oficial amigo de Juan Mari, llevaba a cuestas
el cuerpo de Paolo. Pobre espagueti. No sabe si saldría de ésta. Tras ellos,
apoyados el uno en el otro, el brigada Paredes y Alfredo Alcázar, arrastrando el
fusil ametrallador por el pedregoso camino. Los vigilantes del control que había
en la entrada no hicieron preguntas. El goteo de soldados heridos y derrotados
que lo atravesaban había sido constante en las últimas jornadas.
Las calles del pueblo estaban jalonadas de heridos, de moribundos
que pedían ayuda a las columnas de soldados, pero éstos no se la podían ofrecer.
Se batían en retirada. Muchos se habían extraviado de sus mandos. Algunos
llevaban varios días huyendo, agotados y hambrientos, con la mirada perdida de
los que han perdido la esperanza. San Rafael buscó infructuosamente un médico
disponible. Las cosas pintaban feas para el italiano, malherido como estaba.
Paredes y Alcázar se sentaron a un lado del camino, exhaustos. Mateo Merino
atendía a Paolo, de cuyo pecho volvía a manar la sangre. El brigada estaba
lívido. San Rafael sabía que estaba al borde del desmayo. Necesitaban ayuda, y
rápido.
Entonces oyeron un claxon. Un ajado descapotable atravesaba
el pueblo en dirección al frente, y, erguido sobre él, una alta figura envuelta
en un capote, con la cabeza descubierta. A San Rafael se le mudó el rostro
cuando vio los emblemas del V Cuerpo sobre el capó. Era Modesto.
- Orden, camaradas. ¡Vosotros!, recoged esos fusiles y dad la vuelta. ¿Los
heridos? ¡Mañana estarán muertos si no hemos recompuesto el frente! – A su paso
los soldados detenían su retirada. Ya no estaban solos, el mando no les había
abandonado.
San Rafael levantó el fusil por encima de la cabeza,
interponiéndose en el recorrido del auto. Modesto reparó en su presencia y
ordenó al chofer que se detuviera. El viejo camarada estaba despeinado y sus
grandes ojeras delataban que hacía mucho que no descansaba.
- ¡Coño, Carlos!
No sabes la alegría que me das. Os daba a todos por muertos. ¿Qué sabes de la
Chusma?
- No tengo idea. Dejamos Teruel antes del alba. Nos dividimos.
Aquello ha sido un infierno. Puede que estés hablando con los únicos
supervivientes.
- ¡Qué me dices! – La alegría por el encuentro se esfumó del
rostro de Modesto.
- Traemos varios heridos, uno de ellos muy grave. Se
trata de Paolo, el italiano. No hay forma de encontrar a alguien que los
atienda. Eres nuestra última esperanza.
- No hay problema. Que los lleven a
la casa consistorial de parte mía. Ahí hay un equipo médico del V. ¿Tu estás
bien? – dijo Modesto señalando las ropas ensangrentadas de San Rafael.
- Si,
descuida. La mayoría de la sangre no es mía. Y lo del brazo es sólo un
rasguño.
- Pues me vienes de perilla. A mi asistente se lo llevó por delante
un caza fascista que nos ametralló en la carretera de Sagunto, y necesito poner
orden en este desbarajuste.
- Precisamente venimos con un mando de la 46 que
hemos rescatado de Teruel. Él también está de una pieza.
- Estupendo. Subid
al coche de inmediato.
Ordenaron a un grupo de soldados que
atendiesen a los heridos, y en unos instantes ya estaban en camino de
nuevo.
.
Tras dar por liquidada la Batalla de Teruel, la más costosa confrontación del conflicto hasta la fecha, Franco manda iniciar la Campaña de Aragón. Con el ejército republicano deslavazado tras la cruenta batalla invernal y los suministros de los aliados italoalemanes manando sin parar, las perspectivas para los rebeldes son magníficas. Avanzan espectacularmente en una verdadera apoteosis de la guerra mecanizada: sus ataques embolsan a gran cantidad de fuerzas republicanas, usando como puntas de lanza los blindados y la aviación. Para los leales son días terribles, de retiradas y combates estériles.
Victorias como la del combate del Cabo de Palos, en el que los republicanos hunden la nave insignia de la flota nacionalista, ni siquiera sirven para esperanzar a la población, aterrorizada por unos bombardeos indiscriminados que no paran de hacerse cada vez más densos y destructivos. Para hacerse una idea de la magnitud de estos ataques a la retaguardia, baste el siguiente dato: en tres días la aviación italiana dejará más de 1000 muertos en un ataque sin precedentes sobre la ciudad de Barcelona. Durante la Batalla de Inglaterra, estos hechos serán evocados por Churchill en uno de sus famosos discursos llamando a la resistencia (“I do not at all underrate the severity of the ordeal which lies before us; but I believe our countrymen will show themselves capable of standing up to it, like the brave men of Barcelona, and will be able to stand up to it, and carry on in spite of it, at least as well as any other people in the world.” – Discurso a la Cámara de los Comunes, 18 de Junio de 1940).
En el frente, Marzo termina con el fin de la primera fase de la ofensiva franquista, que ha sido un rotundo éxito. Ante las tropas del Caudillo se abre la costa mediterránea. Un solo impulso más y la zona republicana quedará dividida irremisiblemente en dos.
Sunday, June 10, 2007
Poema
Líster, la vida, la cantera, el frío:
tú, la vida, tus fuerzas como llamas,
Teruel como un cadáver sobre un río.
La efusión de las piedras y las ramas,
la vida derramando un vino rudo
cerca de aquel cadáver con escamas.
Aquel cadáver defendió su escudo,
su muladar, su herrumbre, su leyenda:
pero la vida prevalece y pudo.
Por mucho que un cadáver se defienda,
la muerte está sitiada, acorralada,
cercada por la vida más tremenda.
Ni con la condición de la nevada
el círculo de hogueras se deshace,
se rompe el cerco de la llamarada.
No hay quien lo enfríe, quien lo despedace.
Retrocede la helada en las orejas
de este fuego vital que sopla y hace.
Contra la muerte, contra sus ovejas,
quemando de bravura el armamento,
disparas las pasiones y las cejas.
Líster, la vida, piedra del portento,
necesita una forma victoriosa,
y habrás de trabajarla con tu aliento.
Cantero de la piedra en cada cosa,
exiges la materia de tu hispano
granito, que es la piedra más hermosa.
En el granito se probó tu mano,
como en la harina, el yeso y la madera
se prueba tanto puño de artesano.
Eso es hacer la mano duradera,
y eso es vivir a prueba de peñones,
y eso es ahondar la sangre y la cantera.
Sobre el cadáver de Teruel te impones,
y el alma en los disparos se te escapa
frente a la nieve y a sus municiones.
Impulsos con el aire de tu capa
das a tu potro, puesto en cada instante
a recobrar las pérdidas del mapa.
Yo me encontré con este comandante,
bajo la luz de los dinamiteros,
en el camino de Teruel, delante.
Han cogido a la muerte los canteros
la primera ciudad, y en esta historia
se han derramado varios compañeros.
En su sangre se envuelva la victoria.