Wednesday, January 31, 2007

Interludio (II): Febrero 1937



There's a valley in Spain called Jarama
It's a place that we all know too well.
For 'tis there that we fought against the fascists
And saw a peaceful valley turn to hell.

(Hay un valle en España llamado Jarama/es un lugar que nosotros conocemos bien/pues allí luchamos contra los fascistas/y vimos el tranquilo valle convertirse en un infierno.)


Jarama Valley, himno no oficial del batallón norteamericano Abraham Lincoln.

Febrero de 1937. El doble envolvimiento de Madrid por las tropas franquistas tiene su primer acto en el valle del Jarama. La maniobra que debería apoyar esta ofensiva atacando desde el noroeste se retrasa, debido a que la principal masa de tropas que debería ejecutarla, el CTV italiano aún está destacado en el frente de Málaga. Los Franquistas no esperan a sus aliados. Confían en que el poder de su ofensiva baste para acabar con las fuerzas republicanas y llegar hasta Alcalá de Henares, donde confluirán con los italianos. El día 6 el general Orgaz desata la mayor ofensiva de la guerra hasta la fecha: cinco brigadas apoyadas por la Legión Cóndor y la nueva artillería antiaérea alemana conquistan en un arrollador avance el territorio que los separa del río. Por su parte, la República organiza sus fuerzas, equipándolas con el material que llega cada vez en mayor número de la Unión Soviética. En el valle del Jarama los dos enormes ejércitos chocan y se desgastan mutuamente en durísimos combates. En la cruenta lucha encontrarán su bautismo de fuego formaciones tan legendarias como el norteamericano Batallón Lincoln, de la XV Brigada Internacional, que sufrirá un terrible desgaste. El día 12, los franquistas logran apoderarse de un puente practicable, y cruzan el río. En este momento, la batalla alcanza su punto álgido. Los republicanos movilizan todas sus reservas e intentan desalojar a las tropas de Orgaz de la orilla oeste del Jarama. No lo conseguirán, pero lograrán agotar la ofensiva franquista, a costa de un saldo espeluznante de bajas. Madrid vuelve a estar a salvo, pero por muy poco tiempo. Los italianos se acercan.


La Batalla del Jarama será descrita como la primera batalla moderna de la Guerra Civil. De ahora en adelante no volverá a producirse la que ha sido la imagen habitual de la primera parte del conflicto: tropas coloniales luchando contra desorganizadas columnas milicianas. Esta vez se ponen en juego dos ejércitos en vías de profesionalización fuertemente reforzados por apoyos internacionales: Las Brigadas Internacionales y los tanques y aviación soviéticos del lado republicano; la Legión Cóndor y los blindados italianos y alemanes del lado rebelde. La Guerra Civil española habrá dejado de ser un conflicto doméstico para convertirse en el reñidero de Europa.

En los demás frentes la situación estará relativamente tranquila durante Febrero de 1937, si exceptuamos un nuevo intento republicano de arrebatar Oviedo a los sublevados y la continuación de la ofensiva sobre Málaga, que se detendrá el día 10 con la toma de Motril.

Por su parte, los Recios se despiden de sus posiciones en la Ciudad Universitaria, ya familiares, alrededor del día 11 para ser reestructurados e integrados en la Compañía Especial de la 18 Brigada Mixta al mando del Mayor Juan Modesto. Se les acantona en Alcalá de Henares, realizando labores de fortificación ante la posible ruptura del frente en el Jarama. El flujo de heridos que llega ininterrumpidamente desde Arganda les sirve para hacerse a la idea de la terrible batalla que se está librando a pocos kilómetros.

Wednesday, January 24, 2007

Interludio: Parte I: Diciembre 1936 – Enero 1937


El 23 de Noviembre, Franco abandona los planes de asalto frontal a Madrid. Sus mejores tropas están exhaustas, y, lo que es peor, desmoralizadas, viendo cómo todas sus esperanzas se deshacían estrellándose una y otra vez contra un férreo muro formado por soldados improvisados, pero correosos, duros, determinados, con una moral a prueba de las bombas y tanques de Mussolini y Hitler. Ya que la fuerza bruta no ha surtido efecto, Franco recurre a la astucia de sus generales: la ciudad traidora debe ser aislada. Hay que cortar las vías de comunicación entre los frentes mas sólidos que defienden Madrid: la Casa de Campo al Oeste y la Sierra, al Norte. Hay que cortar la Carretera de la Coruña.

El fracaso del ataque frontal de Noviembre tiene otras consecuencias: Mussolini se siente autorizado para hacer las cosas a su manera. Buques de guerra italianos van desembarcando en Cádiz con tropas regulares del ejército italiano y voluntarios fascistas, equipados con miles de toneladas de moderno material, mientras la comunidad internacional, temerosa de desencadenar una nueva Guerra Mundial, permanece impasible, para desesperación de los leales. División tras división, el Corpo di Truppe Volontario (CTV) llegará a reunir decenas de miles de hombres en pocos días. Tras enfrentarse a la salvaje guerra colonial que Franco ha importado desde África, la República tendrá que vérselas con una moderna fuerza de combate, fuertemente motorizada, siguiendo los preceptos de la Guerra Celere, la Blitzkrieg -guerra relámpago-, a la italiana.

Mientras tanto, en el Frente de Madrid, los hombres siguen luchando y cayendo a miles por el control de la Carretera de la Coruña. Al tercer intento, las fuerzas de Varela consiguen cortarla, pero esto no causará el efecto previsto en las fuerzas republicanas. Tras mas de un mes de ataques y contraataques, los republicanos han improvisado vías alternativas de comunicación. Una sangría inútil, eso fue la Carretera de la Coruña.

Al otro lado de las trincheras, en la retaguardia madrileña, se ha conseguido organizar el caos de los primeros días de asedio. Las matanzas de presos, que han ocasionado casi mayor mortandad que los propios combates, comienzan a remitir, aunque los nombres de Paracuellos del Jarama y Torrejón de Ardoz quedarán como negras manchas en el historial republicano. El complejo proceso de militarización de las milicias sigue su curso. Por todas partes hay campos de entrenamiento, de tropas españolas y de las Brigadas Internacionales. El frente consume los hombres a centenares.

Pese al optimismo imperante, se ciernen negros nubarrones en el horizonte de la República. Las fuerzas de Queipo de Llano y el recién llegado CTV Italiano desencadenan una potentísima ofensiva sobre una ciudad prácticamente desarmada: Málaga, provocando uno de los mas dramáticos éxodos de la Guerra, la huída de miles de civiles de la ciudad sureña con rumbo a la seguridad de Almería, encerrados en un estrecho corredor costero castigado sin piedad desde tierra, mar y aire. La juía, como la llamarán los Malagueños, dejará miles de muertos, huérfanos, niños perdidos que nunca reencontrarán a sus familias… En definitiva, uno de los más indignos actos del conflicto.

Tras el breve paréntesis para lamerse las heridas de la Carretera de La Coruña, los franquistas proyectan lo continuar con su proyecto de ahogar Madrid. Se planea un doble ataque, que se cerrará como unas tenazas sobre la capital, aislándola por completo del resto de la zona republicana: el avance por el Jarama y Guadalajara.

Mientras estos hechos se suceden, los Recios se recuperan de las heridas sufridas y van cubriendo sus bajas. Permanecerán hasta finales de Enero en las trincheras de la Ciudad Universitaria, con el frente ya estabilizado y con una tensa guerra de minas, trincheras, túneles y contratúneles mientras sus camaradas se enfrentan unos kilómetros más al norte. A finales de mes darán su respuesta definitiva a Modesto, quien comenzará a gestionar su traslado.

Os dejo un enlace sobre la Juía de Málaga:
http://www.usuarios.lycos.es/ladesbanda/

Wednesday, January 10, 2007

PNJs (XII): Joaquín Hernández, ex Guardia Civil


Tras el 34, a punto de promocionar a cabo, Joaquín Hernández solicitó la baja de la Benemérita. Prefería pasar hambre a trabajar oprimiendo a sus correligionarios. Joaquín ha sido comunista desde que el partido se fundó, allá por los años veinte. Y siempre lo ha llevado con la mayor discreción, incluso con la legalización. Incluso después de retirarse del Cuerpo. Hasta hoy. La Revolución lo cambia todo. Hoy lo que lleva con cierta vergüenza es el haber pertenecido a la Guardia Civil, con tan mala prensa en los círculos obreros.

Desde que comenzó el baile, Joaquín no ha tenido descanso: estuvo en Campamento y después con la Columna Mangada. Más tarde llegó el Quinto Regimiento y la formación y reclutamiento de nuevos milicianos. Es en esta época, finales del verano de 1936 cuando conoce a Alfredo Alcázar, quien al conocer su experiencia en la Benemérita le convence para que se una al famoso batallón de los Recios de la República. En estos días también recibe el ascenso a cabo instructor, y tras unos cortos días educando a los reclutas, le llega la fatídica orden: llevar a los inexpertos chavales a primera línea de fuego. En una traumática lucha habitación por habitación resulta herido en la pierna, y pierde a algunos de sus muchachos, así como a quien se convirtió en su mejor amigo durante la lucha: el camarada Hernando, ex militar y comunista como él.

Pese a todas estas desgracias, Joaquín no pierde el humor que le caracteriza, siempre quitándole hierro al asunto e intentando infundir ánimos entre sus muchachos.

PNJs (XI): Damián Carvajero, teniente del Tercio


Carvajero siempre ha puesto ante todo la lealtad ante sus mandos. Cuando en julio le comunicaron que debía sublevarse con su regimiento, no lo dudó un instante. Pero en su fuero interno no siente el odio cerval hacia el enemigo con que sus superiores han inflamado a la tropa. Sabe que los “rojos” no son mas que trabajadores, con aspiraciones muy parecidas a la que él pueda tener. Carvajero no sabe de política, no quiere saber de política. Lo único que le mueve es el honor, ese torcido honor militar africano, aunque no es un exhibicionista al estilo de Millán Astray. Y hay otro rasgo que diferencia a Carvajero de sus compañeros de armas: en combate no le embarga el impulso suicida y el desdén hacia la vida de sus hombres que debería sentir un legionario. Quizá sean estas las razones que le llevaron a rendir la Facultad de Odontología, y no el hambre y las necesidades, como quisiera creer. Cuando se rindió ante los rojos los restos de su bandera estaban harapientos, sedientos, sin munición. Llevaban combatiendo sin descanso desde hacía diez días, y tres días mas sin comunicación de ningún tipo con el exterior. Sin agua, sin comida, atrapados como ratas.

Ahora Carvajero es un rehén del sargento rojo. Éste no parece un delincuente desalmado como la mayoría de sus harapientos subordinados. Parece un hombre de palabra. Confiar en él y hacerse pasar por rojo será la única opción de salir de ésta. Sabe que si vuelve a las líneas nacionales después de haberse rendido, será fusilado. Y no puede arriesgarse a morir así, sin dar la cara una vez más. Sin volver a ver a su mujer, que espera allá en Melilla.

Damián Carvajero es un hombre entrado en los cuarenta. Talludo, alto, con el rostro endurecido por el sol y el polvo africano. Aunque sus captores lo vistan de miliciano, su marcialidad, su bigotillo castrense, le delatan. Esperemos que tenga suerte.

Tuesday, January 02, 2007

Decisiones

Tras recuperarse de las heridas recibidas y prestar un duro servicio en la Facultad de Medicina, hacia el final del año los PJs visitan a Modesto, hospitalizado debido a las heridas recibidas durante la batalla. Modesto les recibe aún en la cama, con un flamante uniforme de oficial colgado en una silla:
Me alegra que hayáis salido con vida de la batalla. Una vez más habéis demostrado vuestro valor en una hora crítica. Por otra parte, la Guerra no ha terminado, y queda mucho por hacer. Nuestro bando se ha reforzado, y estamos a punto de conseguir el equilibrio de fuerzas con el enemigo. Los próximos combates serán decisivos para la victoria final. Os ofrezco una oportunidad para abandonar el frente estático en que se ha convertido Madrid, en el que creo que no os encontráis muy a gusto con vuestros mandos directos. Necesito hombres como vosotros para los proyectos que tenemos en mente. El proceso de militarización de las milicias -que tanto vosotros como yo hemos apoyado desde la primera hora de la guerra- continúa, y en ésta línea se me ha encargado la monumental tarea de formar una división perfectamente funcional. Es ahí donde entráis vosotros: pasariais a formar parte de uno de los batallones, bajo mi mando directo. No necesito decir que nos veremos implicados en las luchas más duras, pero os garantizo que dispondréis de amplios permisos y buenas condiciones de vida. ¿Aceptáis?
Sin embargo soy consciente de que vuestras probadas aptitudes podrían ser de mas utilidad en otro cometido, de vital importancia. Me han encargado informaros que la República está formando a soldados destacados para operaciones de sabotaje y comandos tras las líneas enemigas. Grupos de élite, con estricta disciplina y un intenso entrenamiento. Hay un proyecto en marcha para crear varios batallones de guerrilleros, y en el futuro, quién sabe, quizá hasta un cuerpo de ejército. Si estáis interesados os pondré en contacto con las personas adecuadas, sólo tenéis que decirlo.
Tanto en un caso como en el otro realizaré las gestiones para sacaros sin problemas del batallón del comandante Brasero. Y si en lugar de ésto, optáis por permanecer en Madrid, cerca de los vuestros, dad por hecho que no repercutirá en nuestra amistad. Tenéis unos días para decidiros.
Juan Modesto, Mayor de Milicias.


La decisión que toméis repercutirá en el posterior desarrollo de la partida, así que habladlo y decidid el camino que tomaréis en común.

Feliz fin de año(y fin de crónica). Luis.